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Palabras de Rosario Arias Quincot

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Palabras de Rosario Arias Quincot

El primer fin de semana de noviembre tuvo lugar en La Libertad (Perú) el esperado encuentro con la autora como broche final a la presente edición de Escribir como Lectores en este país. En esta ocasión, pudieron participar 9 escuelas, 10 profesores y más de 600 estudiantes de educación secundaria de las provincias de Trujillo y Ascope.

Los chicos y chicas de las nueve escuelas pudieron compartir sus escritos, trabajos y producciones con Rosario Arias Quincot, autora del libro IanchaakUn viaje al reino de los moches, una novela de aventuras donde tres amigos viajan en el tiempo hasta la época de la civilización mochica.

Tras este maravilloso encuentro, la autora compartió con nosotros su testimonio. A continuación plasmamos sus palabras:

Desde mi escritorio un perro peruano tejido a crochet me mira con sus ojos de
vidrio. Fue tejido por una joven sensible y creativa que al igual que yo fue atrapada
por los moches. Ese mágico lugar de encuentro que es la literatura nos unió más
allá de las palabras, en la aventura relatada en mi novela “Ianchaak un viaje al
reino de los moches”.
El fin de semana del 4 de noviembre, viajé a La Libertad para el cierre de
actividades del Programa “Escribir como lectores” que había elegido a mi novela
como inspiración. La idea es que los estudiantes de escuelas públicas realicen una
lectura creativa de una obra literaria y, motivados por ella, sean capaces de crear
sus propios discursos. Sinceramente nunca pensé encontrar lo que se había
desatado en los nueve colegios y más de 600 estudiantes que participaron en este
Programa de alcance Iberoamericano. Esta iniciativa es impulsada por La
Fundación SM y la Asociación Española de Lectura y Escritura (AELE), y, en
nuestro país, es llevada a cabo por la Asociación Comunidades Letradas que
dirige Rocio Palacios Romero.
Los productos resultantes creados por los chicos fueron diversos, lo que nos
prueba que cada escuela es un mundo y que la creatividad sigue sus propios
caminos. Hubo desde poemas hasta cuentos, comics y guiones, dramatizaciones
basadas en diferentes partes de la novela, dibujos e investigaciones sobre el perro
peruano o la señora de Cao. A algunos jóvenes, fascinados con la lengua mochica,
se les ocurrió hacer pequeñas composiciones poéticas al estilo de los Haikus
como: “A orilla del mar/ mis ojos se pierden / con el hechizo del crepúsculo” que
orgullosos hicieron sonar en esa lengua muerta con ecos de otro tiempo, que ellos
recién estaban descubriendo. No faltaron los mapas y recorridos de los personajes
y tampoco los dibujos y artesanías.
Otra cosa que me emocionó fue ver el compromiso, el entusiasmo y la unión de las
y los profesores, ya que no solo participaron aquellos de la especialidad de
comunicaciones, que eran, en general los encargados del programa, sino que
también se juntaron los de ciencias sociales o arte en un esfuerzo
multidisciplinario. El entusiasmo de los directores de los colegios y el apoyo y
compromiso de la Gerencia Regional de Educación de La Libertad, la Unidad de
Gestión Educativa Local Ascope y de la Fundación Wiese me dio esperanza en
nuestro país y sus posibilidades, en esta época tan dura que nos ha tocado vivir.
Nunca pensé que tendría la oportunidad de ver lo que sucede más allá de la
lectura. No imaginé que sería testigo del poder de la palabra y de la aventura en la
construcción de la identidad y el descubrimiento de la humanidad en el otro.
Después de esta experiencia creo que los moches han despertado y ojalá nosotros
también.

Rosario Arias Quincot